Autor: susana

  • Tomar el lugar en la familia

    Para poder crecer en el suficiente equilibrio y dentro de un marco de bienestar emocional hemos de poder ocupar el lugar natural que nos pertenece dentro de nuestra familia: ya sea el de padre, madre, hijo, hermano, pareja.

    En ocasiones por diferentes motivos ese lugar no se nos reconoce, o se nos usurpa, por tanto hemos de ocupar otros lugares y desarrollar otros roles que no son los inherentes a nuestro lugar natural.

    Es así como observamos dentro de los órdenes de la familia que en mayor o menor grado algunos hij@s desarrollan el papel de cuidadores, confidentes, chivos expiatorios, depositarios de las frustraciones de sus progenitores, parentificados como pareja de uno de los padres en contra del otro progenitor, cargadores de legados familiares dolorosos, y un largo etc.

    Los hijos siempre querrán ser amados y reconocidos por sus padres y madres, y si para ello han de desarrollar papeles o funciones fuera del lugar natural que les corresponde, lo harán sin ningún género de dudas, ya que la interpretación inconsciente que realizan es que si son amados desde el desarrollo de otro rol ése es el que realmente les pertenece y no dudarán en adquirirlo y desempeñarlo., ni se plantearán si es su rol y lugar natural.

    A terapia acuden personas que en su adultez sienten vacíos, insatisfacciones, inseguridades diversas, soledad, problemas de salud mental, historias de pareja fallidas, etc. Explorando en sus historias familiares de origen se puede hilar cómo no les fue en parte permitido ocupar el lugar natural como miembro de la familia, ya que les fue asignado otro papel que no les pertenecía.

    • Os dejo una lectura interesante y que ayuda a entender la importancia de los «órdenes del amor» de Bert Hellinger dentro de los sistemas familiares.

    Empieza tu proceso, no lo detengas!

  • ¿Estoy sanando el duelo?

    Se estima que los procesos de duelo se han de poder realizar en un término entre uno y dos años. Habitualmente si supera los dos años se podrá tipificar como un duelo complicado.

    Cada duelo es distinto y cada persona y sus procesos psicológicos internos también lo son. Asimismo, en función del vínculo que hemos tenido con la persona que se ha ido, podré elaborar mi duelo de una forma más sana o con más dificultades. Por ejemplo en función de ese vínculo me puedo sentir que no puedo seguir sin esa persona ó culpable, responsable, etc.

    Cabe decir que las pérdidas hay que poder transitarlas des de el máximo de conciencia posible y entender que el dolor forma parte del proceso de sanación que requiere la despedida de ese ser querido.

    A veces tenemos la oportunidad de hacer un proceso de despedida con nuestro ser querido en vida, por ejemplo ante enfermedades dónde el diagnóstico nos ayuda a ese cierre, pero sin embargo en otras ocasiones hemos de enfrentarnos a situaciones inesperadas, dónde no ha sido posible decir adiós; por ejemplo accidentes o muertes súbitas. Este tipo de situaciones llevan consigo un sufrimiento añadido, ya que no he tenido la posibilidad de despedirme.

    Si crees que tú sól@ no puedes, busca ayuda profesional, para poder elaborar el duelo y colocar emocionalmente a tu ser querido en un lugar dónde su recuerdo no duela.

  • ¿Quizás estoy con una persona narcisista?

    Relacionarnos con una persona que tiene un perfil narcisista es sumamente complejo, erosionando poco a poco y sin darnos cuenta nuestra autoestima, así como capacidad de resolver situaciones a las que antes sí nos enfrentábamos con éxito.

    Una de las cuestiones que se pone en juego por parte de la víctima en este tipo de relaciones es sentir que dudo de todo y que no sé ni resolver ni hacer bien las cosas. Dentro de la dinámica y estructura de relación se configura un escenario dónde siempre nos acompaña la inseguridad, ya que la persona narcisista me hace sentir tanto a través de su comportamiento y actitud como de los mensajes verbales que me da, que no valgo lo suficiente.

    Esta creencia de no valer se instala en nosotros, llegando a incapacitarnos de forma clara en nuestras decisiones, como por ejemplo en el dejar la relación, originándose preguntas cómo ¿dónde iré sin él/ella? ¿Voy a ser capaz de seguir sól@ sin esa persona? ¿Valgo lo suficiente para no hundirme sin él/ ella a mi lado?. A más años de relación más se instalan estas creencias limitantes y más sol@s nos podemos sentir ante el cambio.

    Empieza tu proceso, no lo detengas.

  • Cuando el amor duele

    Aunque suene a tópico el amor no duele, y si estar con esa persona te produce dolor, sufrimiento, desgaste, malestar, incertidumbre, etc. déjame decirte que eso no es amor, es dependencia, costumbre, hábito, pero no amor.

    La base del amor es la armonía, el buen trato, la protección; poder reconocer la vida y el camino compartido des del respeto, des de la ilusión. Si bien las etapas de la pareja no siempre son estables ni uniformes, y se van sucediendo en función de las cosas que nos pasan en la vida (cambios vitales, trabajo, hijos, enfermedades, etc.), deberíamos siempre poder reconocer en la pareja un ancla y puerto seguro en el que descansar. Si en mi relación sólo hay tormentas y no tengo la necesaria paz, debería revisar si es amor lo que me une a mi pareja.

    Cuando el amor duele nos resta vitalidad, proyección, sentido de propósito y motivación, emergiendo en nosotros la inseguridad, la baja autoestima, el desánimo.

    No te conformes con amores que como norma duelen, inicia tu proceso personal para poder escoger parejas que sumen a tu vida.

  • ¿Por qué me cuesta dejar la relación?

    Acuden a consulta personas agotadas y frustradas, que aunque han intentado dejar la relación de pareja, – porque saben y sienten que esta no les hace bien -, no consiguen llevarlo a cabo, o peor aún, aunque la dejen, siempre vuelven a reiniciar el contacto con esa persona, entrando en ocasiones en un ciclo de nunca acabar.

    Dejar una relación sentimental nunca es fácil, pero menos aún si en esa relación he creado una dependencia emocional hacia mi pareja. En función del grado de esa dependencia me será más o menos complicado poner límites que me ayuden en mis objetivos de romper definitivamente ese vínculo.

    Está indicado poder trabajar en los vínculos primarios, en cómo hemos construido los primeros afectos en nuestra infancia, para poder entender sobré que base me estoy relacionando en mi vida adulta. Si en la infancia he vivido en lazos de dependencia emocional, me seguiré relacionando y construyendo mis relaciones de pareja también desde esa misma dependencia y baja autonomía.

    Te ayudo si quieres a revisar tu historia de vida y poder entender mejor al adulto que eres hoy y cómo construye las relaciones de pareja.

    Empieza tu proceso, no lo detengas!

×