
Se estima que los procesos de duelo se han de poder realizar en un término entre uno y dos años. Habitualmente si supera los dos años se podrá tipificar como un duelo complicado.
Cada duelo es distinto y cada persona y sus procesos psicológicos internos también lo son. Asimismo, en función del vínculo que hemos tenido con la persona que se ha ido, podré elaborar mi duelo de una forma más sana o con más dificultades. Por ejemplo en función de ese vínculo me puedo sentir que no puedo seguir sin esa persona ó culpable, responsable, etc.
Cabe decir que las pérdidas hay que poder transitarlas des de el máximo de conciencia posible y entender que el dolor forma parte del proceso de sanación que requiere la despedida de ese ser querido.
A veces tenemos la oportunidad de hacer un proceso de despedida con nuestro ser querido en vida, por ejemplo ante enfermedades dónde el diagnóstico nos ayuda a ese cierre, pero sin embargo en otras ocasiones hemos de enfrentarnos a situaciones inesperadas, dónde no ha sido posible decir adiós; por ejemplo accidentes o muertes súbitas. Este tipo de situaciones llevan consigo un sufrimiento añadido, ya que no he tenido la posibilidad de despedirme.
Si crees que tú sól@ no puedes, busca ayuda profesional, para poder elaborar el duelo y colocar emocionalmente a tu ser querido en un lugar dónde su recuerdo no duela.