
Para poder crecer en el suficiente equilibrio y dentro de un marco de bienestar emocional hemos de poder ocupar el lugar natural que nos pertenece dentro de nuestra familia: ya sea el de padre, madre, hijo, hermano, pareja.
En ocasiones por diferentes motivos ese lugar no se nos reconoce, o se nos usurpa, por tanto hemos de ocupar otros lugares y desarrollar otros roles que no son los inherentes a nuestro lugar natural.
Es así como observamos dentro de los órdenes de la familia que en mayor o menor grado algunos hij@s desarrollan el papel de cuidadores, confidentes, chivos expiatorios, depositarios de las frustraciones de sus progenitores, parentificados como pareja de uno de los padres en contra del otro progenitor, cargadores de legados familiares dolorosos, y un largo etc.
Los hijos siempre querrán ser amados y reconocidos por sus padres y madres, y si para ello han de desarrollar papeles o funciones fuera del lugar natural que les corresponde, lo harán sin ningún género de dudas, ya que la interpretación inconsciente que realizan es que si son amados desde el desarrollo de otro rol ése es el que realmente les pertenece y no dudarán en adquirirlo y desempeñarlo., ni se plantearán si es su rol y lugar natural.
A terapia acuden personas que en su adultez sienten vacíos, insatisfacciones, inseguridades diversas, soledad, problemas de salud mental, historias de pareja fallidas, etc. Explorando en sus historias familiares de origen se puede hilar cómo no les fue en parte permitido ocupar el lugar natural como miembro de la familia, ya que les fue asignado otro papel que no les pertenecía.
- Os dejo una lectura interesante y que ayuda a entender la importancia de los «órdenes del amor» de Bert Hellinger dentro de los sistemas familiares.

Empieza tu proceso, no lo detengas!