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  • ¿Estoy pasando por una depresión post parto?

    La Depresión post parto (DPP) es un trastorno mental de alta prevalencia que padecen entre el 10 y el 20% de mujeres en su etapa de puerperio. Suele comenzar entre la cuarta y la octava semana después del parto y se intensifican los síntomas en los primeros seis meses después de haber dado a luz.

    Hay que diferenciar entre la melancolía o tristeza que se experimenta en los primeros quince días después del parto «baby blues» de la DPP, que conlleva síntomas y cambios en la mujer (psicológicos, emocionales, cognitivos, conductuales y físicos) más agudos y que se extienden en el tiempo. Por este motivo es importante diferenciar y detectar la DPP a tiempo, para aplicar el tratamiento profesional más adecuado, y que no afecte al vínculo madre- bebé.

    Hay muchas mujeres que sufren depresión post parto en silencio, manteniéndose como un tabú social el poder explicar cómo se sienten. La culpa suele ser una de las emociones de base que acompaña a estos procesos, ya que las recientes madres chocan frontalmente con la idea de que tener un bebé siempre debe ser motivo de dicha y alegría.

    En estos casos el apoyo y comprensión de la familia más cercana es fundamental, para que la mujer pueda abrirse y no sentirse juzgada por lo que está sintiendo.

    El tratamiento precoz de la mayoría de DPP tienen buen pronóstico, y en caso de ser necesario también el tratamiento combinado psicológico y farmacológico.

    Os dejo una lectura para ayudar a entender a las mamás que transitan este camino.

    «Más allá de la melancolía«

  • El ambiente siempre importa

    Tanto la gente como las situaciones de la que nos rodeamos siempre importan y pueden declinar claramente nuestra balanza emocional hacia tener más o menos equilibrio y bienestar; así como calidad de vida. Hay relaciones interpersonales de las casi nunca nos cuestionamos si podemos salir, si bien en función del estrecho vínculo nos resulta complejo prescindir de ellas, o incluso pensar que tenemos derecho a dejarlas.

    Las relaciones familiares y de pareja son las más difíciles que podamos entrar a cuestionar, tanto por el grado de intimidad de la misma relación como por el significado que pueden llegar a tener en nuestra vida y mundo emocional.

    Si bien a la hora de decidir si una relación nos hace bien o mal tendríamos que poder analizarla más allá del grado de intimidad que tengamos con esas personas, y que este factor más personal no nos haga sentir culpables ni determine nuestro análisis sobre la conveniencia de poner la distancia necesaria e incluso cortar si se requiere dichas relaciones.

    Empieza tu proceso, ¡no lo detengas!

  • Las relaciones en las redes sociales

    El uso de las redes sociales en estos últimos años ha resultado una revolución tecnológica. Ya prácticamente todo lo podemos conseguir por internet, casi siempre a través de una aplicación tenemos el producto que buscamos, y nos lo traen a casa, sin esfuerzo. También a nivel laboral hemos adaptado nuestra logística haciendo cada vez más las reuniones y encuentros en línea. Hasta la pareja la podemos encontrar por aplicaciones! (y que conste que no tengo nada en contra de esta modalidad, de la que en algún momento haré un post en la web).

    Está claro que las redes nos aportan unos beneficios y una serie de ventajas que nos permiten optimizar nuestro tiempo y acceder a muchos recursos sin movernos de casa, de forma cómoda. También las redes nos ofrecen visibilidad y una gran ventana al mundo.

    Ahora bien, ¿todo se puede conseguir en las redes sociales?

    Esta pregunta me lleva a pensar que hay cosas en las que inevitablemente hemos perdido. Una de ellas es en cómo gestionamos y alimentamos las relaciones interpersonales. Las relaciones humanas sí que requieren de esfuerzo, de cultivo, de cuidarlas, de quedar físicamente con esa persona. Si reducimos las relaciones sociales a una pantalla o a unos pocos mensajes de texto con emoticonos o unos «likes», nos estamos equivocando, y aún más estamos perdiendo la esencia del contacto y la conexión, tan importantes para nuestra salud y equilibrio emocional.

    En estos días he visto el capítulo de una serie que me hizo reflexionar sobre este post que os envío, os invito a que lo veáis también. Hasta que punto ¿sólo somos válidos si estamos en redes o somos populares? En qué momento ¿es más importante un me gusta de un desconocido que hacer un café o comer, ir al cine, charlar de forma sincera con un amig@?.

    El contacto humano es una de las necesidades básicas que tenemos las personas, y estudios científicos revelan que es insustituible, y que el hecho de no contar con él nos trae consecuencias en nuestro bienestar psicológico.

    Black mirror-Caída en picado

  • Disfrutar de las vacaciones con los hijos

    Se acercan las vacaciones y muchas familias viven este momento desde el estrés, ya que el tiempo libre de nuestros hij@s comporta a veces la sensación y requerimiento de tener que llenar sus agendas de más actividades.

    La época escolar nos aporta una rutina que en cierta medida nos ofrece estructura y estabilidad. En el período de vacaciones perdemos en parte esta rutina y podemos caer en la sensación de caos, y aún más importante, ¡de no estar disfrutando de las vacaciones en familia con los hijos!

    Es importante en la época estival poder tener presente algunas recomendaciones que van a hacer que el tiempo compartido con los hijos sea de calidad.

    • Toda la familia está de vacaciones: No hay que olvidar que toda la familia está en su tiempo de descanso, no sólo los pequeños!. En este sentido es importante no hacer de dinamizadores a tiempo completo de los hijos y que nuestro objetivo sea sólo que ellos se lo pasen bien.
    • Actividades pensadas para todos: Hay que combinar el realizar actividades pensadas para el disfrute de toda la familia, no sólo de los hijos. Es bueno planificarlas mínimamente, para que ellos ya cuenten con qué se hará en cada espacio.
    • Mínima rutina: Aunque estemos de vacaciones hay que fomentar una mínima rutina en el día, para contra restar la sensación de caos y de pérdida de control. Por ejemplo hora de levantarse, a qué hora comemos, tiempo de descanso, etc. En esta mínima rutina, y en función de la edad de los hijos, es importante también establecer un tiempo de estudio o por ejemplo de lectura de interés de los pequeños.
    • Tiempo de calidad: El tiempo de vacaciones nos permite conocer aún mejor a nuestros hijos, ya que estamos compartiendo con ellos un tiempo distinto y más distendido, que nos da la oportunidad de saber más cómo son. Hay que aprovechar en este sentido poder escucharles, fomentar conversaciones de temas diferentes de su interés.

    Y por último, no hay que olvidar que las vacaciones en familia nos permiten fortalecer los vínculos afectivos, y cohesionar más el sistema familiar y la unión de éste.

    Así que ¡a disfrutar de las vacaciones con estas recomendaciones!

  • El rasgo de la alta sensibilidad

    Se habla mucho en redes, – y ya se ha vuelto un término casi coloquial -, comentar y generalizar sobre las personas altamente sensibles (PAS); de cómo son y actúan, de cómo se comportan y también cómo sienten.

    A menudo se equipara el rasgo de la sensibilidad como sinónimo de debilidad o fragilidad. ¡Gran error!

    La alta sensibilidad es un rasgo de personalidad, que lo posee alrededor de un 20 por ciento de la población. Si bien déjame decirte que cómo rasgo que es, éste actúa, se muestra y cursa de forma distinta en función de cada persona y de las características individuales de la misma. Por tanto no hay dos personas PAS iguales y hay que intentar huir de los tópicos o de pensar que todas las personas altamente sensibles son idénticas.

    El denominador común de la alta sensibilidad es el nivel de profundidad respecto a cómo se viven y sienten las cosas que nos acontecen. En este caso el sistema nervioso, responsable de captar todas las señales tanto exteriores como interiores a través de nuestros sentidos, es mucho más sensitivo y está más activado que en cualquier otra persona. En este sentido las PAS captan mucho mayor número de estímulos, aspecto que las puede llegar a sobrecargar o saturar sino aprende bien a canalizarlos.

    Para las PAS el gran aliado es el autoconocimiento y poder hacer una buena gestión de las emociones e intensidad que sienten a través de ellas. Las emociones para las PAS serán grandes aliadas (y un Don como dice la autora) siempre que aprendan bien a conocerlas y a no quedar superadas e inundadas por la intensidad de las mismas.

    Os dejo una lectura interesante El Don de la sensibilidad de la autora Elaine Aron, psicóloga y PAS, para aquéll@s que queráis profundizar en las características de este rasgo.

    Empieza tu proceso, ¡No lo detengas!

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